El niño vive con su papá, que denunció al abuelo y a la mamá del nene por saber de los abusos y no intervenir.

La madre, hija del abusador, reclama la tenencia, apoyada por una jueza de Familia que busca imponer la revinculación a pesar de que el pequeño grita que no quiere verla. El nene ya dijo en cámara Gesell que era ella quien lo llevaba con el abuelo, que veía cuando le hacía esas cosas feas, y que nunca lo defendió

Tucumán. Un juicio oral, la peor sospecha y la dolorosa historia de un abuelo y su nietito. Todo comenzó cuando el chiquito tenía 2 años. En ese entonces, el nene empezó a desarrollar tics y movimientos raros. Su papá lo llevó a un psicólogo, que no vio nada, y a un especialista en autismo, porque llegó a pensar que podía padecer este trastorno. A los 4 años, finalmente el nene pudo hablar: “El abuelo me mete el dedo en la cola”. Las palabras fueron corroboradas por su pediatra y los médicos que lo revisaron.

Desde entonces, el niño vive con su papá, que denunció al abuelo y a la mamá del nene por saber de los abusos y no intervenir. La madre, hija del abusador, reclama la tenencia, apoyada por una jueza de Familia que busca imponer la revinculación a pesar de que el pequeño grita que no quiere verla. El nene ya dijo en cámara Gesell que era ella quien lo llevaba con el abuelo, que veía cuando le hacía esas cosas feas, y que nunca lo defendió. Los especialistas le recomendaron tratamientos psicólogos pero no los siguió.

El papá del pequeño y su abuela hace años batallan contra la Justicia local. Denunciaron a la jueza y llegaron hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

“La jueza Ángela Martínez fue denunciada ante la Superintendencia de la Corte Suprema de Justicia de Tucumán y ante el Colegio de Abogados por manifiesta parcialidad, malos tratos e intimidación”, precisó Julio César Ruiz, de Adoptare, una fundación que apoya a la familia paterna.

El abuelo es arquitecto y fue director de Obras Públicas de Tafí del Valle. Cuando nació su nieto, su hija tenía 18 años y logró que los dos vivieran en su casa (los papás del nene nunca convivieron), donde habrían ocurrido los abusos. Ahora enfrentará el juicio como autor de abuso sexual. El abogado que lo defiende es muy conocido en Tucumán, ya que es el defensor de los curas del Arzobispado y de varios militares de la dictadura involucrados en la megacausa por delitos de lesa humanidad.

Jueces: Los magistrados Ángela Martínez y Juan Prisa fueron denunciados por una ONG.

A esa edad habría comenzado a sufrir los abusos por parte de su abuelo, un arquitecto que fue director de Obras Públicas de Tafí del Valle, en Tucumán.

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